Descripción
La cuarta revolución tecnológica ya está en marcha y los coches son un punto neurálgico de ese desarrollo: la inteligencia artificial, el Internet de las cosas, la información big data, la nanotecnología y los materiales inteligentes son los factores de la gran transformación que ya empezó y que alcanzará cotas de asombro en las próximas décadas (Description in English below).
La imaginación crea imágenes que nos proyectan hacia un porvenir no muy lejano en el que lo posible se entremezcla con lo mágico, lo inexplicable comienza a cobrar sentido y nuestros deseos y fantasías acechan a la vuelta del próximo invento. Algo tan cotidiano como conducir un coche dispara nuestra imaginación y nos lanza a descubrir esas tierras del mañana.
¿Cómo será nuestro automóvil dentro de cuarenta o cincuenta años? ¿Será un coche volador que evitará los atascos tomando rutas aéreas urbanas y suburbanas? ¿Podremos despreocuparnos del volante y los pedales para disfrutar de un café mientras nos desplazamos? ¿Tendremos la posibilidad de transformarlo a nuestro antojo gracias a materiales dúctiles dotados de moléculas inteligentes, con el fin de disponer de un automóvil para el desierto, otro para la ciudad, otro para la nieve…, pero que en realidad sea siempre el mismo? ¿Acabará definitivamente con los accidentes la seguridad proporcionada por la inteligencia artificial? Algunas de estas ideas giran en torno a una tecnología que ya se desarrolla en algunas universidades y de las grandes empresas automovilísticas; otras, sin embargo, ni siquiera han alcanzado la categoría de boceto, aunque quizá nos sorprendan en un futuro cercano.
Algunos prototipos ya anticipan la versión del «súper automóvil» del futuro: limpios, no contaminantes, los coches eléctricos serán globales en escaso tiempo. Luego llegarán los autónomos que, con sistemas inteligentes de a bordo, podrán conducir sin intervención humana y comunicarse con los semáforos u otros coches, en diálogos máquina-máquina.
Ahora bien, si los coches acaban transformándose a la velocidad vertiginosa que imaginamos, también deberá cambiar el entorno para adaptarse a ellos. Las ciudades deberán crear servicios interconectados que faciliten la comunicación directa de los automóviles con los semáforos y pasos de cebra inteligentes, o con las centrales de tráfico para tener acceso a información en tiempo real sobre circulación, meteorología, accidentes, etc. Incluso es probable que se creen «calles de carga», distribuidas por pueblos y ciudades, que permitan a los coches que las recorran recargar sus baterías sin detenerse. Viviríamos entonces en un mundo menos contaminado, más seguro, más cómodo, más cercano, en fin, la utopía de lo que jamás hubiésemos fabulado.
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Description in English: Select prototypes exist that embody the «super car» of the future, and clean, non-polluting, electric cars will be global in no time. Then autonomous vehicles will arrive that, with intelligent on-board systems, will be able to drive without human intervention and communicate with traffic lights or other cars, in machine-to-machine dialogues.
They will also have to make ethical decisions … New fuels and powerful and efficient batteries will revolutionize the world of energy, and materials with intelligent microscopic particles will make the hard exterior and design of the bodies mere variables.
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